Era sabado entra las 10.30 u 11 de la mañana, yo estaba dormido, no fui a trabajar porque estaba con resaca, me amaneci bebiendo en el cUmpleaños de Enrique que vive a unas cuadras de mi casa, entonces empezo a sonar mi celular, era Johana, una amiga con la que trabaje tiempo atraz, conteste el celular y ella me pregunto si hoy ibamos a almorzar juntos (en algun momento habiamos quedado en almorzar juntos y conversar), le dije que si aunque lo pense dos veces antes de responderle porque me sentia re-mal, pero no podia fallarme otra vez. Quedamos en que vendria a mi casa a las 2 de la tarde, nos despedimos y colgamos, yo segui con mi sueño, tenia que recuperar fuerzas para no mostrarme cansado ante ella.
Me desperte con el tiempo justo para bañarme, ordenar mi cuarto y mi departamento. Ella llego antes de lo esperado pero todo se veia bien, entro a la sala, nos saludamos y nos pusimos a conversar de nuestras cosas, de los chicos del trabajo, de los que renunciaron, etc, etc. Despues de una hora le dije para almorzar, aunque creo que ella queria almorzar desde que llego pero me siguio con la conversa. Yo como siempre metido en la cocina, atento siempre con mis visitas, terminamos de almorzamos, seguimos con la conversa por una hora y media mas o menos y de ahi le propuse ver una pelicula, ella accedio sin pensarlo.
No sé cómo llegué a esta discoteca del sur y menos a este concierto. Estaba parado entre rucas, patanes y fans enamorados. Mar de Copas, una vez más. Nuevamente con sus melodramáticas y repetidas baladas que te llevan de una alegría mesurada a la abulia absoluta. Sin embargo, una canción me paralizó por un instante.
Estaban tocando: 'Un Día Sin Sexo'. La estaba escuchando. Realmente escuchando. "Cuánto puede cargar tu vida sola. Cuánto dura una noche. Cuánto pesan dos vidas sin saber qué hacer. Si son distintas". El cigarro de mi mano se consumió hasta quemar mis dedos. Miré a mi alrededor y salí a empujones de esa discoteca.
Caminé apurado rumbo a mi auto. Comencé a tocar con desesperación el portón de la cochera. Salío el guardía y le entregué un billete arrugado de diez soles. Arranqué mi carro y aceleré con prisa hasta Lima. En la carretera seguía escuchando la canción en mi cabeza. "Hubo días en que tú diste tu brazo a torcer. Y te ahogaste en el mar de mis recuerdos. Sin saber nadar". Aceleré hasta llegar a los 170 kilometros por hora.
Llegué a mi departamento. Entré a mi habitación y busqué una mochila. Metí la ropa que tenía a la mano y mi cepillo de dientes. Salí con prisa a tomar un taxi. Al aeropuerto por favor. Eran las cinco de la madrugada. Los vuelos salen entre las 7:30 y 8:30 de la mañana, en las tres aerolineas que llegan hasta allá. Por los más de siete viajes que hice en los ultimos dos años sé que siempre sobran pasajes, o al menos eso quería creer.
Llegué hasta el counter corriendo. ¿Tiene pasajes para venderme? , Buenos Días señor, déjeme ver. Sí queda un cupo pero sale en 20 minutos, va tener que correr. Primero caminé rápido, luego troté y después corrí despavorido. Pagué los impuestos, pasé Migraciones, luego Aduanas y cuando, estaban por cerrar la puerta 16 de la sala de embarque, llegué. Abrieron la puerta del avión. Estaba volando.
Cinco horas de vuelo escuchando la misma canción. "Y tan lejos de ti yo me hallé. Tan solo recordar a pasos de tu risa. Y frente a tu mirar. Y tan cerca de tí me encontré". Bajé corriendo las escalinatas del avión. Nuevamente Migraciones y Aduanas. Otra vez a correr por los pasillos del aeropuerto hasta encontrar un taxi.
Con la diferencia horaría eran ya las cuatro de la tarde. A la calle Costa Rica 455 por favor. Mi corazón se aceleraba a cada cuadra. Cada vez estaba más cerca. Las posibilidades se multiplicaban. ¿Estará en su casa?. ¿Se habrá ido?. ¿Qué le voy a decir? ¿Cómo va a reaccionar?
"Al preguntar si aún estaba vivo y encontré que eras mi vida" Bajé del auto y una vez más estaba frente a ese edicifio de 25 pisos al que nunca pensé regresar. No recordaba el número del departamento. Era en el segundo piso, que para ellos siempre es el primero. ¡102! Toqué el timbre.
Respondió su hermana. ¿Si? ¿Está Maria? ¿De parte? De Diego. Un silencio eterno. Cinco, diez, quince segundos. María sacó la cabeza por la ventana de su cuarto. Yo corrí hasta estar justo debajo de ella. "No puedo vivir sin ti. Ahora lo sé. Si tenemos un problema hay que resolvelo juntos. Todos tus problemas son míos." Tantas veces lo había dicho en mi cabeza. Ella se puso a llorar y se fue de la ventana.
No me moví del lugar. Esperaba que ella volviera a salir. Me senté de cuclillas y me fumé un cigarro, hasta que sentí un abrazo. Era ella. Por fin ella. La apreté con fuerza. Quería meterme en su corazón. La besé con suavidad. Por fin estaba nuevamente junto a mí. El cigarro de mi mano se consumió hasta quemar mis dedos. Otra vez estaba en la discoteca con todos esas rucas, patanes y fans enamorados. Había acabado la canción y también mi sueño.
Era viernes 12 de junio, ya sabia que estabas mal y no dejaba de pensar en ti, en el trabajo se me caian las lagrimas de tan solo pensar que ya no estarias conmigo, llame al doctor y me dijo que estabas muy mal, me dijo que tenia que tomar una desicion, yo le dije que me esperara, iria lo mas rapido posible cuando salga del trabajo.
Llegue corriendo, entre a la clinica y te vi ahi, echada sin poder hacer nada, estabas sedada pero apesar de eso me reconociste y empezaste a llorar, ambos no nos entendimos porque hablamos de distinta manera pero basto con una caricia para conectarnos y decirnos lo que sentimos.
Estuve conversando con el doctor acerca de tu mal, me dijo todo lo que tenias, lo que podia pasarte y si en caso salias bien de todo como quedarias. Yo lo unico que queria era que vivieras conmigo.
Me quede un rato mas contigo, me miraste fijamente (mientras llorabas) y te quisiste levantar pero no podias porque no tenias muchas fuerzas pero apesar de eso querias venir conmigo y deseabas que te saque de ese lugar, deseabas que te libere de los remedios y de esa intravenosa.
Me despedi de ti, te acaricie la cabecita y nos miramos por ultima vez, en tus ojos y en los mios habian lagrimas, en tu caso eran lagrimas de dolor, en mi caso eran lagrimas de pena pero mas era de impotencia, porque me di cuenta que asi tuviese todo el oro del mundo nada lograria que te salves.
Que fragil que puede ser la vida, el destino ya estaba escrito, pero me alegro por haberte tenido y que hayas formado parte de la historia de mi vida.
Solo tratas de demostrar que eres su amigo y no eres capaz de dar el siguiente paso o al menos demostrarle q no solo la vez como un amigo.
No bailas ni sabes que conversarle asi que solo te dedicas a beber y fumar pero en el fondo quieres estar a su lado y conversarle, no eres capaz ni de mirarla a los ojos, solo la miras cuando sabes que esta volteada.
Quisieras decirle que te gusta (desde el dia que la conociste) pero no lo haces porque no estas seguro si el sentimiento es mutuo (tu bruja o tu hada?) o por miedo de que lo poco que existe entre ustedes pueda cambiar.
Despues de aquel dia te quedaste pensando (cosa que no habia pasado antes con ella), y te decidiste recien a actuar pero ahora te vas y sabes que todo sera diferente y ya es tarde (sin daños a terceros), maldita timidez que tienes dentro, no puedes hacer nada!
Preferiste lo mas facil y rapido (eso que siempre acaba mal) a lo lento pero seguro y por eso estas asi, solo te queda invertar o crear situaciones para verla en estos ultimos dias o sino invitarla a salir mas adelante pero sabes que ella tambien tiene vida y podra conocer a alguien (si es que aun no lo conoce) y eso te da miedo y remordimiento de solo poder tenerla como amiga en esta vida apesar que tu ya sabes como serian sus vidas si hubieran estado juntos (los sueños).
Cuando haz estado con ella (muy pocas veces) te sientes bien, tu erroreamente crees que eso que hizo "fue algo" y eres tonto al imaginar cosas e ilusionarte, pobre iluso!
Sabes que una chica asi es dificil de encontrar y que encaja perfectamente con tu CV ideal pero esta vez preferiste renunciar.
